jueves, 18 de agosto de 2011

¿Y en Octubre?

El contundente resultado de las elecciones primarias no deja mucho lugar para hacer interpretaciones, ¿o no?

Bueno, parece que no, porque ya se agita el discurso de qué pasa con los diputados.

Pero para saber qué va a pasar con los diputados, creo yo que tenemos que revisar qué pasó con los diputados los últimos dos años.

Desde las elecciones de 2009, el Frente para la Victoria tiene 87 diputados en el Congreso. Para que el congreso funcione hacen falta 129 diputados presentes. En consecuencia, cada vez que era necesario aprobar una ley, los diputados tenían que negociar para que 42 diputados de otros partidos asistieran a la reunión. ¿Cómo les fue?
Bastante mal.

Para muestra basta un botón, en este caso "Pino" Solanas. Su bloque había presentado un proyecto de ley para regular la producción de papel para diarios. El kirchnerismo decidió apoyar ese proyecto. Y así, con el apoyo de varios bloques, la ley iba camino a ser aprobada. Pero no, en vez de apoyar el proyecto que ellos mismos habían propuesto, decidieron retirarlo, para que no se apruebe una ley acorde con los planes del gobierno. Repito: lo importante para ese bloque de opositores no era aprobar un proyecto con el que estaban de acuerdo (y estaban de acuerdo porque ellos mismos lo habían escrito), sino hacer todo lo posible porque al gobierno se le dificultaran sus planes. Ese fue el rol asumido por la "mayoría opositora" durante los últimos años.

Un ejemplo más: en una comisión el GEN presentó un dictamen, el Frente para la Victoria, decidió apoyarlo, y así entre los dos bloques lograban mayoría de los presentes en la reunión de comisión. Graciela Caamaño (del duhaldismo), intentó que se interrumpiera la reunión, pero Kunkel exigíó que se firme el dictamen en ese mismo momento. Ante la imposiblidad de evitar que el bloque oficialista llegue a un acuerdo con otros bloques, la diputada Caamaño no encontró mejor manera de detener la reunión que pegarle una trompada a Kunkel.

¿Por qué cuento esto? Para intentar ilustrar para qué es que muchos opositores quieren llegar al Congreso: no para controlar al gobierno y apoyar las medidas que consideren acertadas, sino para boicotear todos los proyectos oficiales (no todos hicieron lo mismo, por ejemplo los diputados de Nuevo Encuentro apoyaron las medidas que consideraron correctas).

¿Hay posibilidades de que esto cambie?

Una posibilidad sería que el gobierno saque tantos votos que llegue a los 129 diputados propios, entonces ya no dependería de otras fuerzas. Pero ese resultado no es viable.

Si se repitiera en Octubre el abultado resultado de Agosto, el Frente para la Victoria llegaría a tener 106 diputados. En esas condiciones, siguen haciendo falta 23 diputados más para lograr que el congreso funcione. Bastante lejos todavía, pero cuanto más pequeña sea la distancia, más factible será encontrar fuerzas opositoras razonables que puedan habilitar el debate en el Congreso. Por eso creo que hacer el esfuerzo para achicar esa brecha es importante de cara al funcionamiento del país en los próximos años.